Seguramente conocerás los clásicos germinados o brotes para darle vida a una planta en tu jardín, bueno, esos mismos son los que puedes comer y disfrutar en diversos platos. Todos los germinados son alimentos vivos, naturales y ayudan a desintoxicar tu cuerpo, son desinflamatorios y fortalecen el sistema nervioso, todo esto hablando a grandes rasgos.
Casi cualquier germinado es comestible. La espelta es una variedad de trigo usada en la cocina viva y en la tradicional. También puedes encontrarlo con nombres como trigo verde o salvaje. Contiene fibra, proteínas, minerales como el hierro y el magnesio y vitaminas B y E, entre otros.
Casi todas las semillas o granos requieren pasos similares para lograr su germinación. La espelta generalmente se usa para preparar pan esenio, que es la variedad viva de este alimento tan popular. Conoce un poco más sobre cómo germinar espelta.
Lava varias veces la espelta (en la cantidad que prefieras). Ponlo en remojo durante un día entero (24 horas). La idea es que cubras apenas los granos.
Pasadas las 24 horas escurre el agua y renuévala, deja la espelta dos días más en remojo durante 48 horas.
Pasado ese tiempo escurre los granos nuevamente y colócalos sobre una bolsa para hacer leches vegetales o un colador. Mojalas un par de veces al día hasta que notes que empiezan a brotar.
Sigue día a día el progreso de tus brotes, hasta que estén estén lo suficientemente grandes (puedes ir probandolos para conocer el punto que prefieres). Si quieres preparar pan esenio la idea es que no crezcan mucho, sino más bien apenas brotados, luego deberás triturarlos hasta formar una pasta.
¡Disfrútalos! Puedes incorporar tus germinados de espelta en cualquier plato, las ensaladas son complemento ideal.
¿Quieres conocer unos ricos germinados que pueden ayudarte a estar mucho mejor nutricionalmente? Pues bien, entonces no te pierdas las opciones que vas a conocer a continuación. Comida viva, llena de buenas enzimas y que jamás, jamás te puede hacer mal. 🙂
