El compost es lo que comunmente se conoce como tierra fértil. O, en este caso, tierra que ha sido alimentada con determinados minerales y nutrientes, que le dan un perfil idóneo para todo lo que se refiere a cultivos. Afortunadamente, preparar compost en tu propia casa no es algo complicado, ni mucho menos. Puedes seguir estos consejos que se te darán a continuación y así verás que con sólo prestar atención a la hora de desechar ciertas cosas a la basura, podrás contar con esa generosa tierra fertilizada, perfecta para toda clase de cultivos hogareños.
En primer lugar, prepara el sitio donde almacenarás tu compost o composta. Este debe ser un lugar con ventilación, preferentemente al aire libre, donde le de el sol la mayor parte del tiempo. Debe estar aislado por cartón o madera y lejos de sitios con agua. Ahora debes comenzar a reunir los elementos para que el compost pueda comenzar a hacer su trabajo de fermento orgánico y a unirse entre sus diferentes capas. Para ello, necesitas ingredientes ricos en carbono y también elementos ricos en nitrógeno. Lo que habitualmente se llama «ingredientes marrones» e «ingredientes verdes» del compost.
Para que tu preparado no se eche a perder, ten bien presente no incluir ninguno de los siguientes ingredientes:
Una vez que tengas listo el lugar donde prepararás tu compost, puedes decidir si llenarlo todo junto o si lo irás completando poco a poco, a medida que vas reuniendo los ingredientes necesarios. Como sea, siempre es fundamental que haya bastante material orgánico, un poco de compañía de tierra, hojas y, algo fundamental, ir mezclando bien los materiales para que se integren entre sí. Lo ideal es que haya un balance al estilo mitad y mitad entre las dos clases de ingredientes necesarios para el compost.
Luego, todo será cuestión de tiempo. Verás que el sol irá haciendo su trabajo y todo se irá fermentando, generándose así el consabido compost. Sólo tienes que dejar tapado e ir removiendo de tanto en tanto, para ver cómo se va formando. Una vez que esté listo lo podrás usar para plantar lo que se te ocurra, ya que tendrás una tierra con todos los nutrientes necesarios como para que tus plantas crezcan sanas, fuertes y con las mejores cualidades que puede ofrecerte un vegetal crecido en una huerta orgánica.