Seguramente te gusta el anís, has comido algo con él o hasta tomado una bebida hecha a base de esta semilla. Su sabor es inconfundible y también lo es su aroma. Cuenta con geniales propiedades y puede conseguirse en diversos formatos. ¿Quieres conocer algunas de las formas de anís más convencionales? Hora de descubrir estas variedades.
Pimpinella anisum es el nombre científico que lleva el más tradicional de los anises. Su origen es egipcio pero se lo emplea en todas partes del mundo indistintamente. Sus semillas son pequeñas y cuenta con grandísimas propiedades digesitvas. Es una especia perfecta para los gases y también para aliviar todo tipo de molestias estomacales.
Este es el considerado «anís estrellado bueno» y lleva por nombre científico el de Illicium Verum. Viene en esa increíble presentación natural estrellada, que ya dan ganas de tomar uno por su forma. Cada vaina de la estrella tiene semillitas dentro. Su sabor es delicado y tiene un cierto dejo de regaliz. Se puede usar en infusión o en el formato deseado.
Illicium anisatum es el nombre que lleva el anís japonés, el que no debe ser consumido bajo ningún punto de vista. Este anís, también llamado badana de Japón, es sumamente tóxico y puede generar problemas en el sistema digestivo y urinario, además del sistema nervioso central. Su uso es únicamente aromático, puesto que se emplea como sahumerio.
A este seguro lo conoces. Es que… ¡Se trata del hinojo! Sí. El anís de Florencia es nuestro viejo y querido amigo con forma de bulbo y con ese sabor tan intenso que, por supuesto, te recuerda al anís. Claro está: se trata de uno de la familia, tanto el fruto como las semillas. Lo bueno es que puedes comerlo fresco, horneado, en ensalada y seguirás gozando de sus grandiosas propiedades digestivas, comunes a todo su grupo familia.
Ahora ha llegado el momento de aprender a preparar algunas recetas y remedios naturales que contengan diferentes tipos de anís. ¡Aprovecha estas recomendaciones!