El olivo, cuyo nombre científico es Olea europea, tiene en su composición sustancias que ayudan a disminuir la presión arterial. Debido a esto, no se recomienda la ingesta de preparados en base a las hojas y corteza de este árbol a las personas que padecen hipotensión, o presenten constantemente bajas en el nivel de la presión arterial.
Debido a que el consumo de infusiones o preparados del olivo, ayudan a disminuir la presión arterial, no se recomienda su administración a personas que presentan fatiga, o una sensación de decaimiento constante, ya que podría generar un aumento de los síntomas asociados a estas situaciones.
El fruto del olivo, tiene propiedades digestivas, por lo cual estimula la realización de los procesos digestivo. Debido a esto no se recomienda su consumo en abundancia en personas que se encuentren con problemas de indigestión. Tampoco es aconsejable que los niños menores, lo ingieran en grandes cantidades, ya que podría causarles diarrea.
El árbol de olivo no debería provocar efectos tóxicos si es consumido en su estado natural y en dosis adecuadas. Sin embargo, el consumo de hojas secas o productos elaborados, en base al olivo, puede ocasionar efectos nocivos para la salud.