Cómo cultivar orégano en casa

¿Te gustaría tener una planta de orégano en tu casa? Es algo mucho más sencillo de lo que piensas y te puede dar excelentes resultados. El orégano no sólo es sabroso, sino que es fácil de cultivar y te ofrecerá interesantes propiedades medicinales. No dejes de tenerlo en cuenta para tu hogar.

El orégano es una genial hierba. Si uno se pone a pensar, tanto fresco como seco, es uno de los condimentos más habituales empleados a la hora de darle sabor a salsas, carnes, aves, pescados y más. Además, es una planta que tiene muchísimas propiedades medicinales muy interesantes.

Además de esta combinación infalible que es el «bueno para cocinar y bueno parar curar», también es muy sencillo de cultivar en casa. Por esta razón, se vuelve un auténtico ineludible en tu jardín de plantas medicinales. En este artículo encontrarás no sólo algunos consejos para tenerlo en tu casa y poder mantenerlo, sino que también te daré recomendaciones de cómo usarlo en tus comidas y también sus usos a nivel de salud. De hecho, por esto empezaremos.

¿Qué aporta el orégano?

El orégano es una planta sumamente versátil a nivel de beneficios medicinales. Para empezar, tiene propiedades antibacterianas y antisépticas. Por esta misma razón, suele ser empleado para problemas que van desde eliminar hongos hasta cuestiones respiratorias, resultando bien en infusiones y también para inhalar sus vapores.

Por otra parte, estas propiedades, sumadas a su capacidad astringente, lo hacen bueno contra el acné y otros inconvenientes relacionados con la piel. A su vez, su capacidad digestiva es notable.

Recomendaciones para su cultivo

En primer lugar, mi recomendación es que se compren un plantín. En algunos sitios se pueden conseguir directamente hasta en verdulerías, viveros y otros lugares donde tengan plantas. Se parte una de planta joven, se la deja crecer, se la transplanta a una maceta más grande o directamente al jardín y su crecimiento no se detendrá. Pero también se puede partir de semillas, claro está. Como sea, una vez que la planta tenga buenas dimensiones, puede llegar a durar hasta cinco años, siempre con esas hermosas flores y hojas que puedes usar tanto para comer como para curarte.

Por otra parte, siempre es bueno tener en cuenta algunos consejos relacionados con el orégano. Uno de ellos tiene que ver con evitar el exceso de agua. Muchas veces, el gran problema que tiene el orégano es que es ahogado. Con darle un poco de tanto en tanto, sin que esté mucho tiempo seco, pero tampoco rebalsando de líquido.

El suelo tampoco necesita ser tan fértil. El orégano es muy resistente, soporta suelos, climas y temperaturas bien diversas. Eso sí, trata de darle sol y de no cortar los tallos más cercanos al suelo cuando vayas a recoger para preparar una infusión o para condimentar una comida.

¿Cómo debes usarlo en las comidas?

El orégano se puede usar tanto seco como fresco sin ningún problema. Si quieres secarlo, pues arráncalo de la planta y déjalo que se deshidrate. Tomará un sabor más fuerte y agresivo, por lo cual no tendrás que usar tanta cantidad como cuando lo usas fresco.

Yo, personalmente, lo prefiero fresco: arriba de una pizza, en una rica salsa para pastas o un guisado, en una sopa y hasta en una ensalada. Su perfume se vuelve mucho más amable y su sabor, más herbal.