El diente de león, debido a su composición resulta ser una planta de sabor amargo, pudiendo ocasionar malestares en personas con problemas gástricos. El diente de león en contacto con la piel puede producir la aparición de reacciones alérgicas e irritaciones, principalmente en personas más susceptibles a esta planta.
Debido a que la planta del diente de león estimula la secreción de bilis, no se aconseja consumir, a aquellas personas que padecen de obstrucción biliar.
El extracto de aceites esenciales del diente de león esta constituído por sustancias alcohólicas, por lo cual no se recomienda su administración a niños ni personas con problemas de alcoholismo.