La vitamina D es considerada un heterolípido insaponificable, perteneciente al grupo de los esteroides. Se la considera una pro hormona, es decir que es una sustancia precursora de una hormona activa, la 1.25-hidroxicolecalciferol. Esta activación se realiza en presencia de los rayos UV. Se sintetiza en los riñones.
Un adulto sano necesita alrededor de 1000 a 2000 UI diarias de vitamina D. Esta cumple funciones específicas y esenciales que no pueden ser reemplazadas por otras sustancias:
Es importante resaltar que si el consumo es menor se produce hipovitaminosis, causando enfermedades como: osteroporosis, osteomalacia, etc.
En cambio si su consumo diario es mayor al de referencia, se puede producir hipervitaminosis, causando daño renal, hipertensión arterial, nerviosismo, polidipsia (aumento de sed), entre otros.
El aporte de vitamina D o calciferol es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo, por ello incorporar alimentos ricos en dicha vitamina como: lácteos y huevos ayuda a prevenir su deficiencia y evitar complicaciones en la salud.
Recuerda que si decides consumir complejos vitamínicos, debes consultar a tu médico ya que el exceso de vitaminas también puede ser perjudicial.