Rooibos: el té que no es té

El rooibos y el té rojo (Pu-erh) son dos infusiones diferentes. Para empezar el Rooibos no es té. La planta del té es la Camellia Sinensis y la planta del rooibos es el Aspalathus Linearis. La Camellia Sinensis, es decir, la planta del té, contiene teína. A no ser, claro está, que esta sea eliminada por procesos químicos, de ser así pasaría a ser un té desteinado. El Aspalathus Linearis, es decir, la planta del rooibos no contiene teína, es más, tiene propiedades relajantes sin ningún tipo de proceso posterior.

El rooibos no es una raíz. La planta es similar a un arbusto, que puede medir de 30cm a 2m según las zonas. Este arbusto posee unas hojas largas, finas y puntiagudas denominadas acículas. Estas acículas son las que se recolectan para ser infusionadas.

Existen dos tipos de rooibos. Las hojas del rooibos una vez recolectadas se dejan oxidar al sol y se refiere popularmente a este proceso como una fermentación. Este proceso oxidativo es el que le proporciona a la planta el sabor y el color ‘rojo’ característico. Existe igualmente una producción no “fermentada” que se denomina rooibos verde, esta variedad se comercializa a un precio mayor que la variedad “fermentada” y posee un color amarillento característico. Esta variedad ‘no fermentada’ posee una mayor cantidad de polifenoles antioxidantes.

Las propiedades del Rooibos

Colaborador invitado: Félix Cisneros Rodriguez
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