Ya sea para comidas, bebidas o infusiones, la menta está presente en un sinfín de preparaciones de toda clase. Es que la inclusión de la hierbabuena en cualquier plato, vaso o taza deja su cuota de distinción y sabor único que sólo ella puede otorgar.
Está claro cuál es la principal virtud de la menta como planta aromática: su frescura cuasi salvaje, plenamente invasiva y que se convierte en un auténtico soplo de aire fresco para el paladar. Tanto fresca (principalmente) como seca (en menor medida), la hierbabuena jamás pasa desapercibida.
A la hora de pensar en preparaciones de cocina que la incluyan, la menta puede acompañar muy bien algunas carnes, sobre todo la de cordero. Pero también se emplea en comidas árabes como el tabbulé, o la salsa de pepino. En materia de bebidas, el té moruno es un clásico indiscutido con la presencia fresca de esta noble hierba aromática.