El romero se caracteriza por tener un aroma marcadamente astringente, con un inconfundible toque fresco, alimonado, propio del alcanfor. De hecho, esta hierba pertenece a ese grupo de plantas que ni bien uno las mueve ya sus aromas se dejan sentir notablemente.
Las capacidades aromáticas del romero radican principalmente en sus aceites esenciales, que son de diferentes tipos y en donde predominan, por ejemplo, alcanfor, limonenos o taninos, entre otros. Lo cierto es que siempre es mejor emplearlo fresco, pero también seco puede dejarse notar claramente en cualquier tipo de preparaciones.
El romero puede ser incorporado a diferentes tipos de preparaciones de toda clase, aunque obviamente marida mejor con determinados platos que en otros. A unas brochetas de pollo (y toda clase de aves en general), también al cordero y algunos pescados le puede llegar a sentar de maravillas. Además, por supuesto, la puedes preparar en infusión.