Elemento crucial dentro de la cocina de la India, el fenogreco puede emplearse tanto fresco como seco. Si se recurre a la primera de las opciones, son sus hojas y tallos tiernos los que terminan dotando a las preparaciones de un delicado aroma a heno.
Caso contrario, sus semillas, que son cuadradas, planas y algo amarronadas, sirven perfectamente para darle un toque amargo a determinadas preparaciones, como ser guisados (tipo curry) o entremeses. Justamente, muchas personas prefieren tostar primero estas semillas, logrando así un sabor menos agresivo. Está claro que hay que usarlo en limitadas cantidades.
El fenogreco, como hemos visto, es perfecto para condimentar potajes, sopas y otras preparaciones «de olla». Pero también puede funcionar en infusiones o incluso condimentando vegetalers.