No es casual que el nombre científico de la albahaca morada sea Ocimum sanctum. Su uso tradicional en las culturas de China e India ha sido tan intenso y sus virtudes tan valoradas, que su fama se ha hecho extensiva a la albahaca común, que usamos habitualmente en la cocina.
Si bien por el hecho de formar parte de la misma especie pueden compartir ciertas propiedades medicinales y por ende, las aplicaciones curativas que de ellas se deriven, es necesario insistir:
Hecha esta salvedad, podemos decir que tradicionalmente se emplea la albahaca común, de nombre científico Ocimum basilicum, para aliviar trastornos digestivos como dispepsias, aerofagia o sensación de plenitud gástrica.
Por otra parte, gracias a sus propiedades diuréticas podría ser útil en casos de retención de líquidos y edemas concomitantes. Ambos efectos, sumados a sus virtudes ansiolíticas y sedantes, hablarían a favor de la albahaca para adelgazar.
En contra de quienes afirman que la albahaca estimularía la producción de leche en la lactancia, se advierte sobre los efectos secundarios que puede ocasionar su ingesta excesiva durante esta etapa. Además, por sus posibles efectos sobre la musculatura uterina, el consumo de aceites esenciales de albahaca está contraindicado en el embarazo.
Recuerda que el uso irresponsable de plantas medicinales pueden poner en riesgo tu salud, por lo que en caso de duda, debes consultar al médico.
