Muy apreciado por sus beneficios curativos, el árbol de olmo es una buena opción para plantar si quieres una fresca sombra y un bello follaje en tu jardín en poco tiempo.
El olmo, también conocido como negrillo y álamo negro, es un árbol que pertenece a la familia de las Ulmáceas.
El árbol de olmo, conocido científicamente como Ulmus carpinifolia, es de grandes dimensiones. Se desarrolla de excelente manera en climas templados y mediterráneos, siendo la zona sur de Europa, el norte de África, y gran parte de la zona mediterránea, los lugares donde mejor crece.
El árbol del olmo crece preferentemente sobre suelos profundos y frescos. Suele preferir las riberas de los ríos en donde crecen también los sauces, álamos o fresnos. Las siguientes son las características botánicas del árbol de olmo.
De este árbol se desarrolla en gran magnitud. Puede alcanzar hasta los 40 metros de altura. En algunos casos crece de forma tortuosa, pero en general lo hace de forma recta.
La corteza del olmo es agrietada y presenta tonalidades oscuras, principalmente de color café. La madera del olmo, al ser semidura, se utiliza ampliamente para construcción y carpintería.
Se disponen de manera alterna y son de un color verde oscuro. Este árbol tiene un follaje muy denso, además de presentar una copa grande y redonda.
Se agrupan en inflorescencias, en donde se desarrollan por lo general unas 25 flores. Florece a finales del invierno y da los frutos en verano.
Es una sámara, un tipo de fruto seco con alas, que favorecen la dispersión de las semillas. El fruto y la semilla, en su estado maduro, son de una tonalidad amarillenta y logran dimensiones del orden de un centímetro.
Una de las características de los olmos es que son de rápido crecimiento y son una buena opción si quieres obtener una buena sombra en poco tiempo. Aquí te comparto otros árboles de rápido crecimiento, algunos de ellos frutales, para que plantes en tu jardín: