No se recomienda la ingesta del aceite esencial del anís en mujeres embarazadas, ni en niños menores de 4 años. El consumo en grandes cantidades y durante un tiempo prolongado del aceite esencial del anís puede ocasionar reacciones similares a los estupefacientes, posibilitando que el sistema circulatorio actúe de manera más lenta y generando dolores cerebrales, pudiendo llegar a provocar convulsiones en algunas personas.
Existen combinados alcohólicos que tienen aceites esenciales de anís, por lo cual no se recomienda el suministro a niños y a personas con problemas de alcoholismo.