Las espinacas quizás funcionen como un buen remedio para los callos. Envuelve algunas hojas en una gasa, machácalas para que suelten su savia y luego aplica en forma de compresa durante unos 20 minutos.
También el ajo puede llegar a ser un buen aliado a la hora de ablandar un callo. Para esto, tienes que machacar un diente junto a un poco de aceite de oliva y luego aplicarlo en la zona afectada, cubriendo con una gasa y dejando actuar durante media hora antes de quitar.
La caléndula es otra de las plantas que pueden ayudarte contra los callos. Los pétalos preparados en infusión y luego aplicados sobre la zona como cataplasma (al igual que en los casos anteriores), quizás colabore a que las durezas vayan ablandándose.
Vale la pena hacer una aclaración sobre estos remedios: funcionan a base de constancia. No esperes que de un día para otro la cosa cambie, sino que debes ser paciente y repetir varias veces por semana las aplicaciones si quieres erradicar los callos.