Catabolismo

Así como existe un proceso de ganancia (anabolismo) no puede prescindirse del catabolismo o degradación de sustancias y moléculas complejas en otras más pequeñas y sencillas. Ambas acciones son inseparables en la fisiología de los organismos vivos. El catabolismo, entre innumerables funciones, permite a los seres vivos obtener energía de los alimentos que ingieren, convirtiéndolos en moléculas muy pequeñas capaces de ser transportadas a través de todo el cuerpo, a fin de obtener energía para los diferentes procesos necesarios para mantener el organismo en estado de equilibrio.

El movimiento humano se produce gracias a la acción catabólica de la molécula de energía (ATP), cuando al romperse el enlace, libera la energía química, transformándola en mecánica, produciendo la contracción muscular.

Cuando el catabolismo es superior al anabolismo muscular, no es posible incrementar el tamaño de los músculos, y la persona pierde masa magra (tejido muscular). El proceso contrario, es el que buscan culturistas y practicantes de fitness, aumentar la masa muscular y bajar el tejido graso. Por eso, se ven asociados en todas las funciones que realiza el organismo, debido a que es un sistema dinámico en donde (siguiendo con el ejemplo anterior) la hipertrofia del músculo, facilita la destrucción del tejido adiposo.

Químicamente, el proceso catabólico, se asocia a la oxidación o liberación de electrones, tal es el caso de la glucólisis, o degradación de los hidratos de carbono ingeridos en la dieta, para utilizarlos como combustible para la actividad.