Cómo tener un jardín de plantas aromáticas

¿Hace rato que estás con ganas de tener unas cuantas plantas aromáticas en tu jardín? No es una mala idea, ya que además de sabrosas y con un perfume sin igual, son perfectas para cuidar tu salud. En el artículo encontrarás cuáles no pueden faltar y algunos trucos para que te resulte fácil cuidarlas y plantarlas.

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¿Para qué sirven las plantas aromáticas?

No debe haber nada más lindo que tener un hermoso jardín de plantas aromáticas en casa. Si bien uno se imagina esta palabra y piensa en un terreno lleno de estas hierbas convertidas en arbustos tupidos, también es cierto que puede ser mucho más modesto y tenerlo en tu propio balcón. Afortunadamente, esta clase de plantas no suelen ofrecer demasiadas complicaciones.

Por otra parte, más allá del excelente uso culinario que les puedes llegar a dar a estas plantas, también te vendrán de maravillas con sus capacidades medicinales. Tener un jardín con ellas es prácticamente como tener una pequeña farmacia natural al alcance de la mano, ya que te servirán para preparar infusiones de toda clase, siempre pensando en curar o prevenir tal o cual problema de salud. Pero mejor sea que tengas en cuenta estos consejos, así empiezas a ponerte manos a la obra.

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Plantas que no deben faltar en tu jardín aromático

• Albahaca:

Es una planta aromática un tanto rebelde, ya que no suele llevarse muy bien con los fríos muy fuertes. Necesita de buena luz, el exceso de agua la ahogará y tampoco hará falta que la tengas en un lugar gigante, aunque suele crecer bastante una vez que coge ritmo. Lo más importante, lo dicho, cuidarla de las bajas temperaturas.

• Orégano:

Lo ideal es partir de un plantín comprado en algún vivero (hasta en verdulerías la consigues). Déjala crecer en su maceta hasta que tenga buen tamaño. Ahí, podrás pasarla al jardín y seguirá creciendo. De ahí en más, necesitarás sol en buenas proporciones y humedad en cantidades justas. No le cortes las ramas inferiores, ya que le frenarás su crecimiento.

• Romero:

Una planta aromática que puede volverse muy tupida, una vez que comienza a crecer firmemente. Soporta temperaturas con toda facilidad y le gusta mucho más la tierra abierta que una maceta, aunque también puede ir dentro de una. No necesita demasiada agua, eso sí.

• Tomillo:

Una planta que requiere de buena luz durante la mañana y la cantidad justa de agua. Puedes tenerla en una maceta y también a suelo abierto. Debes tener un poco más de cuidado que con las demás, ya que tiende a secarse o ahogarse con facilidad. Es algo delicada, pero vale la pena.

• Salvia:

Necesita tanto de humedad en el suelo como de una buena luz solar. De todas formas, tampoco es tan trabajosa como puede llegar a parecer. Soporta tanto suelo abierto como maceta y funciona mejor en un terreno con buen drenaje, algo arcilloso.

• Cebollino:

Debes partir de semillas en tierra fértil, a suelo abierto y preferentemente en primavera. Germinarán solas y comenzarán a crecer. Si las dejas, pueden llegar a crecer bastante y hasta sacar bonitas flores. El cebollino es delicioso para tener en tu mesa.